domingo, 11 de marzo de 2012

Cap. 21 A mi casa

Esperamos a que le dieran el alta medica y tras unos días, nos fuimos a casa. Íbamos en coche, conducía Gerard y Frank y yo íbamos sentados detrás hablando, aunque más que hablar, yo le miraba con una sonrisa muy tierna, como sin creerme aun que el estuviera despierto.
-Deja ya de mirarme, anda, que me da corte...-Me dijo mirando hacia abajo y sonriendo.
-Es que aún no me lo creo... que bien, joder lo que te he echado de menos...-El me miró aún sonriendo-Y bueno, ¿esta noche duermes en tu casa o te quieres quedar en la mía?
-Pues... no sé... ¿me invitas?
-Tonto, pues claro, hoy te quedas en mi casa, venga, nos quedamos los tres en mi casa, que mi cama es grande, seguro que cabemos los tres, y así yo me quedo entre los dos.- Dije con entusiasmo.
-Vale, venga. Y a ti... ¿a ti te apetece Gerard?-Le dijo Frank.
-Si, claro que si.-El seguía mirando a la carretera. Venga, pasamos por casa de Frank y así coge ropa, ¿Si?-Pude notar que estaban un poco incómodos.-
-Perfecto.-Dije. Llegamos a casa de Frank y subimos el y yo a su casa a por ropa. Y cuando subimos nos pusimos a hablar mientras el elegía ropa para llevarse.
-Frank, tienes que prometerme que no vas a estar incómodo con Gerard. Es que en el coche os he notado un poco raros...
-Ya, es que no es fácil.
-Bueno, pues hoy, como si nada hubiera pasado, mañana o cuando sea, ya hablaremos. Venga, acaba y vamos a bajar que Gerard está esperando.
-Bueno, no hay tanta prisa, ¿no?-Dijo levantando una ceja y con mirada lasciva. Nos reímos los dos.
-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA venga vamos tonto... Ya te echaba de menos.-Bajamos y volvimos al coche. Gerard nos esperaba con una sonrisa. Me alegró verle sonreír después de tanto tiempo así que me acerqué a su ventanilla y le besé después de sonreirle. Me estaba dando cuenta de que le quería de verdad.
Unos minutos más tarde llegamos a mi casa los tres. Frank se fue directo a la ducha y Gerard y yo hicimos la cena. A los 20 minutos, más o menos, salió Frank de la ducha con le pelo húmedo y tapado con una toalla de cintura para abajo.
-Me voy a vestir chicos, que me he dejado la ropa en tu habitación.
-Vale, te esperamos para cenar. Hay spaghetti con tomate-Dije.
-Valeeeee.- Se oyó desde mi habitación.
-Que bueno está, ¿no?-Dije en voz alta sin pensar.
-Ejem, ejem, que sigo aquí, ¿eh? Pero tienes razón, está bueno.-Empezamos a reírnos.

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