Nos miramos los tres a los ojos y después nos dispusimos a averiguar que había salido.
-¿Que significa azul?-Dije yo.-
-A ver, espera que lo miro en la cajita...-Dijo Gerard.-Vale, significa que no.
-¿No? Oh Dios, menos mal...-Sonreí y les abracé a los dos.-Madre mía, que respiro...-Entramos al salón y nos sentamos en el sofá. Nadie hablaba, ellos no sabían que decir y yo... yo tampoco, sinceramente...
-Que susto, ¿eh?-Dije yo para “romper el hielo”-
-Si... pero bueno, no ha sido nada-Contestó Gerard.-Bueno Frank ya sabemos que para la próxima hay que ponerse condón, ¿eh?
-¿Perdón?-Dijo Frank.- Has sido tu el que casi deja embarazada a la chica... –Los tres reímos un poco por como dijo eso Frank.- Bueno, ¿que queréis hacer hoy?
-A mi me da igual... –Dijo Gerard.-
-Podríamos salir a dar una vuelta, ¿que os parece?-Dije.-
-Vale, si quieres podemos ir al parque donde fuimos tu y yo cuando nos conocimos-Dijo Gerard-
-Si .-Sonreí.- Quiero volver allí, para recordar viejos tiempos...
Después de comer en mi casa, salimos hacia el parque dando un paseo. De derecha a izquierda íbamos Gerard yo y Frank. Íbamos hablando, riendo, fumando... Pero sobre todo, riendo. No se como lo conseguían, pero siempre que íbamos los tres juntos me hacían reír muchísimo.
Cuando llegamos allí, me volvieron tantos recuerdos a la mente...Aquellos días en los que mi vida cambió... Le conocí a el, a mi querido Gerard, y después a Frank, y desde entonces hemos compartido tantas cosas, tantas palabras, tantos momentos entre las sábanas de mi cama, sintiendo su fino tacto y su olor... Me estaba enamorando, si no lo estaba ya... Gerard. Mi querido Gerard.
Pasamos todo el día paseando por allí o en un banco sentados y hablando y riendo.Me encantó aquella tarde. Más tarde, por la noche nos fuimos a cenar a una hamburguesería del barrio los tres juntos, y más tarde Frank se fue para casa, dejándonos a Gerard y a mi solos en la calle.
-¿Vamos a casa?- Dijo Gerard.-
-Vale, ya tengo frío.-Contesté. Acto seguido nos dirigimos a mi casa, pero el solo venía a acompañarme, se fue a su casa a dormir, cosa que me pareció bien, ya que los dos necesitamos nuestro espacio. Cuando subía a casa, me puse el pijama, vi un rato la tele y me fui a dormir. Había sido un día completito, así que estaba cansada. A la mañana siguiente, cerca de las 10 de la mañana, me despertó una llamada.
-¿Diga...? –dije con una voz somnolienta.
-Buenos días cariño, ¿te he despertado?-dijo él.
-No... Bueno si, pero da igual, no iba a levantarme mucho más tarde. Buenos días Gerard, ¿que tal la noche?
-Bien, he dormido bien. Bueno, te llamo por si quieres venir a mi casa hoy a pasar el día, ¿ que te parece?
-Vale, a las 12 estoy allí, ¿si?
-Venga, hasta luego. Te quiero.
-Adiós. Te quiero.-Colgué y me fui a la ducha y a desayunar. Cuando me vestí eran las 11 y media, así que me fui para ir dando un paseo y de paso compararle tabaco de chocolate a Gerard. Nos encantan a los dos, y más aún cuando los compartimos. Llegué a su casa a las 12 más o menos y allí estaba, esperándome con unos pantalones pitillo ajustados (Dios bendito, como sabe que me encantan esos pantalones) una camiseta de manga corta y unas botas militares. Me encanta como viste.
Nos dimos un beso y pasé para dentro.
-Hola cariño, ¿sabes que te he traído?
-No, no, no, ¿el que?-Dijo ansioso. Yo simplemente le enseñé el paquete de cigarros y se abalanzó sobre mi.-¡Ah! ¡Gracias!-Dijo eufórico mientras me comía a besos. Pasamos al salón y nos sentamos en el sofá a compartir un cigarro y a charlar un rato.
-Gerard-Dije-¿Te has enamorado alguna vez? Y que conste que no es una pregunta trampa, ¿eh?-Reímos los dos.
-En verdad, si, me enamoré hace mucho mucho tiempo y lo pasé bastante mal, no fui correspondido y... Y desde entonces lo he evitado a toda costa, ¿y tu?
-Si, yo... yo también, y hace ya años de ello... Pero, ¿sabes que? Creo que todo el mundo se tiene que enamorar o se ha enamorado alguna vez, si no, no has vivido, y si no te has enamorado, ya te llegará tu momento tarde o temprano. Una vida sin amor, aunque a veces no sea correspondido no es una vida. No es nada. EL amor es como el oxigeno, lo necesitas para vivir, sin amor la vida está vacía, por eso cuando la gente se enamora, suele estar feliz y alegre, con un brillo especial en la mirada y esa luminosidad en la cara. Más vale haber querido y haber perdido, que no haber querido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario